Muchos, si no es que la inmensa mayoría de nosotros, no puede vivir sin un par de buenos jeans, esos pantalones que hacen que cada look sea diferente y cómodo, pero esta prenda tiene más historia de lo que crees .
Viajamos a finales de la Edad Media, a lo que ahora se conoce como la Unión Europea donde la peste negra mataba a miles de personas y los reinados tenían relaciones tensas entre sí para evitar guerras que pretenden expandir sus tierras. El comercio tenía que ver con la comida, bienes y textiles creados en el mismo continente o venidos de lejanas tierras con exquisitos bordados y colores jamás antes vistos en Europa.
Las comunidades campesinas luteranas crearon una tela de sarga para generar prendas de trabajo, esta permitía trabajar en el campo y duraba más que otras lonas siendo utilizada en muchas otras cosas, esta tenía un característico color azul índigo proveniente de Java e india. Este textil fue mejorado en Génova, Italia donde las comunidades rurales, en específico los vaqueos, utilizaron esta tela para uso de pantalones.
La tela viaja a Francia donde Génova se le conoce como Gênes (jèns) con el tiempo daría nombre al la icónica prenda los jeans. Mientras tanto en Nimes, localidad francesa, se intentó reproducir la tela italiana logrando una versión mejorada, más cómoda, de mediana calidad y precio razonable, ésta teñida de un azul pardo proveniente del glasto. (hierba natural de la región)
Así es como los campesinos vestían chalecos, pantalones y chaquetas hechas con tela de Nimés o “tela de Nimé” o Denim.
Mientras tanto en el mundo hispano esta tela se le conocía como una mezcla de materiales que tenía poco cuerpo en su composición apodándola como “mezclilla” (de la mezcla).
Muchos siglos después en plena fiebre del oro en E.U. un comerciante de origen judío de nombre Levi Strauss, utiliza las lonas que se usaban para la fabricación de casas de campaña creando ropa de trabajo para los mineros. Estos “uniformes” eran ideales pues resistían la intemperie y la vida dura del minero. Era difícil que se rompieran pues estaban rematados con refuerzos de cobre y a futuro se le incluirían bolsillos para mayor comodidad.
Así es como Lievi’s emprende su mundialmente conocida marca de overoles que luego por comodidad de los mineros cortan el pecho dejando solo los pantalones.
Con la llegada del siglo XX específicamente en los años 50 los rebeldes sin causa toman esta prenda como parte de su grito de “revolución” haciendo que salte de las minas a las ciudades para jamás abandonarla.
Actualmente el denim se ha diversificado tanto que junto a la tecnología y nuevos procesos de teñido lo hacen un básico indispensable en cualquier closet. Ahora multicolores, destruidos, y hasta en versiones “más vestidoras” no cabe duda que es el rey de los textiles. Se dice que “un closet elegante no tiene denim” pues antes se asociaba con la clase trabajadora, la realidad es que no solo es tela, es moda y hasta es tendencia, una tendencia que siempre estará presente.
Por Emmanuel Castillo
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