El mayor sistema de cuevas inundadas del que se tenga registro ha sido descubierto en Tulum, en la Riviera Maya. Un grupo de exploradores del proyecto Gran Acuífero Maya halló que los sistemas de Sac Actún y de Dos Ojos están conectados, lo cual ha abierto un nuevo pasadizo en un laberinto subterráneo que mide alrededor de 347 kilómetros.
Los investigadores encontraron cientos de objetos arqueológicos que dan visos de los primeros pobladores de América, la cultura maya y de animales extintos. «Esta inmensa cueva representa el sitio arqueológico sumergido más importante del mundo«, asegura Guillermo de Anda, especialista del Instituto Nacional de Antropología e Historia y director de la investigación.
Se encontraron restos de vasijas de cerámica maya, objetos que datan de la época de la Colonia y contextos funerarios o sacrificiales, que los investigadores aún analizan. Había también restos humanos y de una gran cantidad de animales como elefantes, perezosos gigantes, osos, tigres y caballos antiguos. «Es un túnel del tiempo, que nos transporta en algunos casos a entre 12.000 y 10.000 años atrás», señala De Anda. El difícil acceso a los cenotes ha ayudado a que los materiales arqueológicos se conserven en condiciones óptimas para su estudio, sin alteraciones ni desgaste por el contacto de los hombres.
Algunos miembros del equipo, como el buzo jefe Robert Schmittner, han pasado más de 20 años recorriendo las galerías bajo el agua y 14 años buscando la conexión entre las grandes cavernas. «Habíamos estado muy cerca antes, en alguna ocasión nos quedamos a un metro de conectar ambos sistemas», comenta Schmittner. «Era como recorrer las venas de un cuerpo, un laberinto de caminos que se unían y se separaban y teníamos que ser muy cuidadosos», agrega el buzo sobre los pasajes de agua, que en algunos casos solo tenían un metro de profundidad y en las partes más hondas alcanzan los 120 metros bajo tierra.
Con información de El País