Entre secuencias sísmicas y charlatanes

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Chile es uno de los países más sísmicos del mundo y no por alguna característica especial de la corteza sino por la gran extensión territorial de norte a sur. En sus costas interaccionan la placa de Nazca (oceánica y más pesada) que subduce bajo la placa Sudamericana (continental que es menos densa) a razón de 7 cm por año en promedio.

La tarde del lunes 24 de abril, se hizo evidente la peligrosidad sísmica en la zona central de Chile sacudida por un fuerte sismo de 6.9 dejando algunos daños, sustos, además de confusión y desinformación que señalaré más adelante. Este fuerte sismo es el resultado de una secuencia sísmica que inició el día 22 de abril con un sismo de magnitud 4.8 seguida por más eventos similares incluido uno de magnitud 5.9 el día 23, hasta fue el sismo principal.

En cuanto a las secuencias sísmicas, podemos identificar tres tipos de acuerdo a la distribución de sus magnitudes en tiempo y espacio.

Enjambre: secuencia de sismos en una misma área durante un periodo de tiempo relativamente corto y de magnitudes similares que finalmente desaparecen en el tiempo.

Ejemplo: sismos frente la costa de Guerrero durante el 6 de octubre de 2013 con más de 28 sismos en 6 horas; la actividad cesó horas después.

Precursores: secuencia de sismos, o incluso un solo sismo, con magnitudes diversas o similares en una misma área dentro de un lapso corto o mediano que da paso a un sismo de mayor magnitud con réplicas que decaen en el tiempo.

Ejemplo: la reciente secuencia en Valparaíso; también sucedió con el mayor sismo de la historia, también en Chile M9.5 al registrarse días previos sismos de magnitudes entre 7 y 8. En México, el sismo de magnitud 7.2 del 18 de abril de 2014 en Petatlán, Guerrero, tuvo un precursor 4 minutos antes de magnitud 4.0.

Normal: no hay sismos previos, el primer sismo es el de mayor magnitud con sus posteriores réplicas que decaen en tiempo.

Ejemplo: el terremoto del 19 de septiembre de 1985, M8.1 donde no hubo sismo o sismos previos.

Imagen: sismograma con el enjambre sísmico del 6 de octubre de 2013 en Guerrero.

Regresando al sismo de Valparaíso, con los primeros eventos registrados y percibidos se hablaba de un posible enjambre sísmico; sin embargo, sus magnitudes no fueron similares al sobresalir el sismo de magnitud 5.9 y posteriormente el de 6.9 que, hasta ahora, es el evento principal (por ser de mayor magnitud) dejando todos los eventos previos como sismos precursores y los posteriores como réplicas.

Imagen: registro sísmico de terremoto de magnitud 6.9 y posteriores réplicas.

Y finalmente, la gran desinformación surge por aquellas personas con una total carencia de ética que aseguran predecir sismos sin mostrar evidencia (datos, observaciones información real) y solo presentan “tuitazos”. A raíz de la secuencia sísmica, iniciada el 22 de abril, algunas personas comenzaron a predecir un sismo mayor para la zona central de Chile. ¿Por qué no lo hicieron antes de la secuencia sísmica y dónde están sus datos que lo demuestran?

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¿Por qué no es posible predecir?

Tomemos como ejemplo los pronósticos meteorológicos: estos fenómenos, a diferencia de los sismos, son mejor comprendidos y estudiados debido a observaciones frecuentes, precisas y datos obtenidos tanto visual e instrumentalmente así como muestras obtenidas directamente de sus fuentes (radiosondeos, imágenes de satélite, radar, etc.) que en su conjunto forman modelos numéricos de pronóstico pero con márgenes de error porque siempre habrá variables desconocidas que producen incertidumbre; por esta razón se llaman pronósticos y no predicciones porque existe la probabilidad de que no sucedan.

En cuanto a la predicción de los sismos, hay que recordar la forma en que los datos son obtenidos, se requiere instrumentos de alta precisión para registrar hasta el mínimo movimiento como  sismómetros y aclerómetros; sensores GPS que detectan el movimiento de los continentes con el cual se sabe con precisión la velocidad a la que una placa es subducida bajo otra placa; satélites e instrumentos geodésicos que detectan cambios en la morfología del terreno; satélites que son capaces de mostrar concentraciones de gases, como el radón que se cree es precursor de un sismo; estudios de campo, para comprender los estratos de la corteza y cómo ha evolucionado. Toda esta tecnología no es de acceso público por su elevado costo.

Para el caso de los sismos las observaciones no son directamente obtenidas, mucho menos un muestreo (¿cómo llegar a profundidades mayores a 10km? -La mina TauTona, Sudáfrica, alcanza los 4 km de profundidad. -); cuando se trata sobre la profundidad de los sismos, existe un margen de error, ya que solo se tienen sensores sobre la superficie de la tierra y no ubicados a las profundidades necesarias para reducir el error al mínimo.

Bajo nuestros pies, la superficie de la tierra presenta una gran variedad de composiciones, desde suelos sedimentarios, hasta suelos de origen volcánico, esta gran variedad de formas y composiciones tanto físicas como químicas, cambian constantemente a lo largo de las fallas y zonas de subducción: a diferente profundidad la temperatura y tensión de la roca varia significativamente y también de un área a otra, a esto se le agrega el factor de cientos de tipos de rocas, lo que agrega una incuantificable posibilidad de variables que deben ser tomadas en cuenta para realizar ya no una predicción, sino un pronóstico.

Desde el punto de vista estadístico, predicciones o pronósticos son aún más complejos, el conocimiento impreciso del comportamiento de TODAS las variables implicadas, aún para científicos geólogos y geofísicos, impide pronósticos confiables.

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En modelos matemáticos y estadísticos una de las principales dificultades que siempre están presentes es la autocorrelación, es decir, la correlación existente entre los miembros de una serie de observaciones ordenadas en el tiempo o en el espacio.

Algunos factores que causan autocorrelación:

  • Omisión de variables importantes.
  • Modelos dinámicos (series temporales).
  • Existencia de ciclos o tendencias.
  • Manipulación de datos.
Imagen: estación sísmica común con bóveda de instrumentos (sismómetros, acelerómetros y registrador de datos), transmisión satelital y GPS.

En una predicción/pronóstico en cuanto a sismos, inevitablemente se omiten variables importantes, pues las condiciones antes señaladas como tensión acumulada a diferentes profundidades, tipo de rocas, y las diferentes condiciones entre cada límite de placas y fallas, dará como resultado una importante autocorrelación después de un sismo importante con la existencia de réplicas, aumentando la tendencia y generando un ciclo. Y muy importante es que muchos datos son manipulados a conveniencia de quien pronostica con la intención de mostrar como verdadera una hipótesis con base en premisas falsas.

Podemos detectar a aquellas personas o grupos que se aseguran predecir sismos y la falsedad de sus argumentos son evidenciados por las siguientes características:

  • El anonimato, que puede ser en cuanto a su persona o profesión.
  • Justifican sus desaciertos.
  • Presentan teorías novedosas, de última generación que nadie más sabe y que solo ellos entienden.
  • No muestran la base científica de sus estudios, a diferencia de teorías e hipótesis serias que salen a la luz pública para ser cuestionadas y contrastadas con el fin de mejorar o corregir defectos.
  • Relación de eventos ajenos a los geológicos, tales como climáticos, efectos solares, e incluso efectos planetarios, eventos que siempre han existido y se ha probado que no hay incidencia en los sismos.
  • En sus estudios no muestran la base de sus datos, es decir: fuentes estadísticas, bibliográficas e instrumentales.
  • Mezclan directa o indirectamente procesos científicos con creencias religiosas y hasta esotéricas.
  • Todo análisis de fenómenos naturales requiere de instrumentación, en ausencia de instrumentos de medición, cualquier argumento que defiendan hipótesis de este tipo no tendrán ningún valor.
  • «Predicen» exclusivamente en el cinturón de fuego del pacífico en donde la sismicidad es constante (todo el tiempo hay sismos de menor magnitud en alguna parte del mundo), sin embargo, nunca mencionan sismos de foco profundo, intraplaca o aquellos alejados de las principales fallas conocidas.

Un sismo al igual que cualquier otro fenómeno natural, son eventos que ocurren periódicamente y existe una premisa básica: “Si un evento ha ocurrido varias veces en el pasado, ocurrirá en el futuro”. Los sismos han acompañado en todo momento la evolución de la tierra, le ha dado forma y así seguirá siendo; como sociedad –y lo he repetido infinidad de veces- solo nos queda estar preparados siempre con base en el conocimiento que proporciona la ciencia.

 

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