¿Te gusta el fútbol soccer? ¿Ya estás preparado para ver el partido de México contra Alemania el próximo domingo?
Ayer comenzó el tan esperado torneo de la FIFA que se lleva a cabo cada 4 años, en esta ocasión en Rusia como país anfitrión. Y de inmediato los aficionados empezaron a publicar en redes sociales comentarios sobre la inauguración, pero sobre todo sus pronósticos para el partido del domingo donde la Selección Mexicana se enfrenta a un duro rival como Alemania.
Es precisamente en estas publicaciones donde la euforia deportiva de la afición se proyecta de una manera -muchas veces- inconsciente. No olvidemos los conflictos que se han originado por las porras ofensivas en los estadios, los enfrentamientos con violencia física entre aficionados de partidos rivales y las publicaciones agresivas en redes sociales.
En fin, que lo que debería ser un motivo de convivencia y entretenimiento deportivo, termina en varias ocasiones en conflictos derivados de la conducta visceral. Esto es algo que Sigmund Freud estudió en su llamada “Psicología de las masas”, en la que expone por qué los individuos se contagian del comportamiento de los demás y se limitan a repetirlo sin cuestionarse nada.
Pero, ¿qué pasa dentro de la cancha? No en el aspecto deportivo, sino en el psicológico. ¿Qué ocurre en la mente de los jugadores? ¿Te has detenido a considerar esto?
En Argentina, un país sumamente aficionado a este deporte, la Comunidad Científica de Psicología -la Cociepsi- realizó un estudio sobre la necesaria aplicación de esta ciencia en el deporte, analizando los factores que influyen en el rendimiento de los jugadores por medio de la observación y evaluación de la conducta.
Así como es importante aprender de táctica, estrategia y técnica; también es imprescindible comprender lo que significa y cómo implementar la atención, concentración, activación y motivación en los jugadores. ¿Pero por qué es necesario atender esta parte psicológica?
El jugador de fútbol no sólo se enfrenta a evaluaciones físicas y sociales, sino también a presiones mentales. En su mente existe el miedo a fracasar, al resultado de un partido, a perder su contrato, lesionarse, ser juzgado por los aficionados y también influye la autocrítica, que en la mayoría de los casos es terrible.
Aunque los miedos se pueden controlar por su naturaleza tangible que los provoca en un correcto psicoanálisis, las presiones no, porque están relacionadas a la angustia y la incertidumbre de un deporte de mucha acción donde el jugador debe tomar decisiones rápidas y precisas en cada instante del partido.
En estos factores trabaja la Psicología del Deporte, con el objetivo de transformar las presiones en rendimiento por medio de técnicas y habilidades que forman parte del entrenamiento mental. Esta preparación mental da la posibilidad de estar prevenido para todo y que cualquier factor sorpresa durante el partido no altere el juego ni la claridad del futbolista.
La intención de ofrecer esta herramienta es que prevalezca la confianza en los deportistas y jueguen sin miedo al error. También es indispensable que sientan que no están solos en la cancha, porque hay once jugadores y eso debe trabajarse por medio de la fuerza grupal, sin individualismos ni jugadores estrellas que son los que causan celos, rivalidades y ausencia de metas en común.
En los últimos años el deporte profesional ha cambiado drásticamente. La comercialización, la promoción en televisión, los tiempos más breves de descanso, las necesidades económicas, la intromisión en la vida personal -además de otros factores- han provocado que los jugadores se vean afectados considerablemente en su rendimiento profesional y vida personal.
Lo que como aficionados olvidamos es que los jugadores son seres humanos que también pueden sufrir bloqueos o fuertes cargas emocionales que les impiden rendir en su máximo o acostumbrado potencial. Para esto es que la psicología se incluye en la formación y entrenamiento del fútbol.
Los psicólogos que trabajan en esta área deportiva coinciden en que eventos como finales de copas o el que actualmente se está llevando a cabo en Rusia son los que más trabajo requieren, pues además los jugadores se enfrentan a mayores tentaciones, condiciones distintas a su entorno habitual y una mayor exigencia por parte de los aficionados.
El dinero es otro punto importante, pues se cree que ganar más significa ser el mejor, o que siendo el mejor se podrá ganar más, lo que se traduce en un círculo vicioso. Por ejemplo está el caso de los jóvenes que se preparan desde temprano para ser grandes figuras del fútbol. La presión que tienen por parte de su familia es inmensa, pero también de ellos mismos que consideran la fama y el dinero como el objetivo, y no el aspecto deportivo.
La presión y exigencia a temprana edad es lo que -en palabras de los psicólogos deportivos- origina que ganar y jugar bien se convierta en una obligación para los futbolistas. Un jugador talentoso es aquel que mete goles, pero posiblemente no sea por eso una persona feliz. Está por ejemplo el caso de Diego Armando Maradona con sus adicciones.
***
Después de escuchar este periodismo de vida, te pregunto: ¿Habías considerado que los jugadores de fútbol también necesitan un entrenamiento mental para soportar la presión social y profesional? ¿Crees que esto se debería aplicar a todos los deportes?