Al programa Memoria del Mundo, de la UNESCO, dos textos en lenguas indígenas extintas que la UNAM resguarda

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  • Se trata de un confesionario en lengua barbeña y un vocabulario ópata considerado el único diccionario colonial de esta lengua, resaltó Martha Elena Romero Ramírez

Dos manuscritos en lenguas indígenas extintas, resguardados por la Biblioteca Nacional de México (BNM) de la UNAM, forman parte del programa Memoria del Mundo de la UNESCO.

La coordinadora de la BNM, Martha Elena Romero Ramírez, explicó que ambos documentos del periodo colonial son clave para la conservación del legado lingüístico y cultural de la República mexicana.

La investigadora precisó: En 2022 recibimos como posdoctorante a Tesius Rosas Xelhuantzi, cuya especialidad es el estudio de lenguas indígenas; trabajó con los escritos y ubicó ambos materiales que se hablaban en el norte de nuestra nación cuando California todavía era parte del territorio durante la Colonia.

Detalló que el primero es un Confesionario, el cual contiene las oraciones de la doctrina cristiana, un método de confesar y algunas otras cosas. Fue elaborado por Juan Cortés en 1798 durante la misión de Santa Bárbara California, y contiene textos en barbeña.

Se realizó dentro de comunidades indígenas y muestra el contacto cultural y religioso entre el mundo europeo y el nativo americano; testimonio del desplazamiento lingüístico, que en algunos casos implicó su extinción, y en contradicción la labor misionera logró el registro textural de dichas lenguas.

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La especialista en Historia de la Encuadernación agregó que el manuscrito llegó al recinto gracias a que fue un obsequio de la Secretaría de Hacienda a la Biblioteca Nacional, en 1913.

El segundo es el “Arte de la lengua Teguima y vocabulario de la lengua Ore”, elaborado por Natal Lombardo entre 1685-1698, el cual no solo tiene escritos en ópata, la cual está extinta y se habló en Sonora.

Adicionalmente, puntualizó, es importante porque la segunda parte fue identificada por Rosas Xelhuantzi como el vocabulario ópata recopilado por Natal Lombard, un material que se estimaba perdido y es el único diccionario colonial de esta lengua; forma parte del llamado “Fondo de origen” de la Biblioteca Nacional.

 Romero Ramírez añadió que no son los únicos reconocidos en este listado que son resguardados por la UNAM. Tenemos como reconocimientos de Memoria del Mundo los primeros impresos mexicanos del siglo XVI, que son también los pioneros del continente americano, luego de que la primera imprenta del continente llegó en 1529 a México. Para nuestra cultura tienen mayor valor que los incunables, que son los primeros impresos europeos.

La experta comentó que el programa Memoria del Mundo de la UNESCO -establecido en 1992- tiene como objetivo preservar y garantizar el acceso al patrimonio documental de la humanidad, reconociendo su importancia frente a amenazas como saqueos, guerras y falta de recursos.

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Recordó que el nombramiento se realizó luego de la reunión 2024 del Comité Regional del Programa Memoria del Mundo para América Latina y el Caribe (MoWLAC) de ese organismo internacional, que evaluó 35 postulaciones de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, Jamaica, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela; aprobó 27 nuevas inscripciones al registro en dicho año, las cuales incluyen los dos bajo resguardo en la UNAM.

El criterio principal por el que fueron aceptados se basó en que se trata de registros de lenguas indígenas que se extinguieron en etapas históricas posteriores a la elaboración del documento, por lo que los ejemplares sobrevivientes son valorados como un resguardo de la memoria lingüística originaria de México y de la región de América Latina y el Caribe, en tanto que forman parte de las lenguas indígenas habladas en el territorio americano español durante la Colonia.

Junto con las contribuciones de otros países representan un puente entre el pasado y el futuro, consolidando el acceso global al conocimiento y la diversidad cultural de América Latina y el Caribe.

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