¿Eres una Mamá Mutante?

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Educar a los hijos no es tarea fácil, pero creo que en este mundo moderno en el que vivimos se nos han complicado cada vez más las cosas en este tema. Los padres nos volvemos locos tratando de realizar todo lo que nos corresponde como proveedores y educadores de nuestras familias.

Si, 24 horas al día no son suficientes para realizar nuestras actividades diarias, entonces es momento de hacer una pausa y reflexionar en lo que estamos haciendo, porque evidentemente algo anda mal. Si somos honestos y hacemos un balance de nuestra rutina diaria tomando en cuenta las actividades que nuestros hijos realizan en el día a día, veras que estamos educando a nuestros hijos en un nivel de estrés igual o peor que el que nosotros manejamos.

Cuando se vive bajo estas circunstancias es muy fácil de caer en situaciones de enojos, gritos, regaños y lo Peor de todo es que en mucho de los casos sin motivo alguno, es como una válvula de escape sino gritas explotas.

¿Y los hijos que culpa tienen? Es como un proceso de mutación en tu cuerpo y alma que avanza con forme pasa el día, empiezas por la mañana siendo la princesa del cuento y lo terminas convertida en la bruja del cuento, queriéndote comer a tus hijos y a los que se pongan enfrente, llegas corriendo por toda la casa como una loca desquiciada, diciendo maldiciones por todo y a todos. Para ser honestos es la última imagen que quieren ver tus hijos antes de dormir.

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Te gana el estrés lo que quieres es terminar con el día y no importa cómo. Es como ir buscando a como de lugar ese momento de descanso, dejar de pensar en las tareas, actividades deportivas, que la familia coma sano, ir al dentista, al pediatra, que la casa este limpia, que en la oficina el trabajo este al día, chala chala….

Bájale a tu estrés, respira profundo, cuenta hasta diez y de regreso. Lo único que logras que esta actitud es que la familia te alucine porque cuando estas en este proceso de mutación dejas de escuchar de ser objetiva y lo más frustrante de todo es que QUIERES ENCONTRAR UN CULPABLE. No importa dónde, cuándo, ni quién… alguien debe pagar por todo eso que sientes en ese momento.

Que Dios nos agarre confesados si tienes hijos adolescentes, porque entonces sí se arma un tremendo pleito entre adolescente y Madre, los adolescentes con millones de hormonas en su cuerpo que no saben si van o vienen y tú con tu cara de Linda Blair en el clímax del exorcista, que lo mejor es emprender la huida.

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La vida debe ser más tranquila, no podemos engancharnos en pequeños problemas y jodernos el día y el de los demás, sí es cierto hay miles de problemas por resolver, pero tomate tu tiempo, con esta actitud no vas a lograr resolverlos al contrario haces tu entorno familiar más estresante para ti y los demás.

Tómalo con calma haz un programa de actividades que puedas cumplir sin tener que correr todo el día o si tienes la posibilidad económica, contrata a alguien que pueda ayudarte con algunas actividades. Hablar con tus hijos y tu esposo de lo que te ocurre también ayuda ellos pueden darte alternativas o ideas para poder resolver estos pequeños problemas.

Elige tus batallas no te desgastes por cosas sin importancia, y por favor la próxima vez que sientas que te trasformas es mejor un descanso a tiempo que una Madre mutante.

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