Detesto el lenguaje inclusivo, pero no discrimino…

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Por: Paola López Yrigoyen

De entrada todxs relájense, porque para bien o para mal, queriendo o no, consciente o inconscientemente, todxs hemos tomado parte en actos discriminatorios alguna vez en nuestra vida. Ya sea por acto, por omisión o por reírnos de algún chiste que explícita o implícitamente se burle de algún rasgo físico distinto al “normal” o al que la “normalidad” aspira. 

Dado que lxs seres humanxs vivimos en comunidad, tememos aquello, lo que sea, que pueda vulnerar a la comunidad de la que somos y nos sentimos parte o aquello que vulnere el orden que rige esa comunidad. Es decir, lo que es diferente a lo que la normalidad dicta. 



El lenguaje es el sistema de signos que utiliza una comunidad para comunicarse, y presupone bases de entendimiento mutuo y de comprensión que hace posible que dichos signos sean concebibles y tengan un significado para todxs lxs que los usan. De ahí que los cambios en el lenguaje nos hagan ruido, o que muchxs se cuasi infarten con las faltas ortográficas. Sin embargo, el lenguaje, si bien es un sistema, no es inflexible ni inmutable. Aún con faltas ortográficas es posible entender el mensaje que se quiere transmitir, y el español que se habla hoy no es ni remotamente cercano (en forma) al español que se ve en el diario de la conquista de Bernal Díaz del Castillo

Aquí entra el lenguaje inclusivo. ¿Falta ortográfica? Sí. No se ajusta a la forma canónica tradicional del español, un leguaje que, como la mayoría de las lenguas romances (francés, rumano, italiano, entre otras) tiende a distinguir en géneros. Los géneros son tradicionalmente masculino y femenino. Empero, hoy en día la sociedad (diversa) está cuestionando la condición binaria de género, porque no todxs lxs humanxs se identifican con esa dicotomía.

El lenguaje como reflejo de la sociedad, puede ajustarse también. ¿Tiene que gustar? No. ¿Aporta un significado radicalmente distinto a las palabras en sí como para hacerlas incomprensibles? Tampoco. Honestamente, pensar que “bonitx” es taaan distinto a “bonito” o “bonita” como para no entender esa palabra en una oración, me parece algo exagerado. 


Ahora, usar “x” o “e” hace del español un lenguaje menos discriminatorio, sí. ¿Si no usas “x” o “e” eres unx opresorx recalcitrante? Tampoco. En todo hay grados, pero inflamar los extremos nos encanta. ¿Qué es discriminar? Dar un trato diferente a personas que merecerían recibir el mismo trato que otras; invisibilizar a ciertas personas y no a otras es tratar a las primeras distinto que a las segundas: es discriminar.

Otra vez, invisibilizar a grupos no es lo mismo que exterminarlos, recluirlos en guetos, ni violentarlos físicamente. ¡Qué bueno! No se trata de competir y decir qué victimarixs son peores, ni qué víctimas sufren más. Sólo es cuestión de reflexionar sobre si nuestros usos y costumbres tratan a ciertas personas diferente o no, y si esa diferencia afecta. Si el trato diferenciado agrava, pero se puede modificar sin agravar a otros grupos, ¡qué bien! Al final, la invisibilización, ya sea adrede o inconsciente, es una discriminación sutil.


¿La lengua española y su uso normal prioriza términos en masculino y no admite adjetivos más allá de la dicotomía de género? Sí. ¿La lengua española tradicional no admite, y por ende, invisibiliza a las personas que no se ajustan al género como una categoría binaria? Sí. ¿Usar “x” o “e” invisibiliza a hombres y mujeres? No. Justo ese es el punto de la “x” o la “e”, no definir para no invisibilizar, no discriminar, e incluir. ¿Detesto el lenguaje inclusivo, pero no discrimino? Pues, si la lengua española tradicional discrimina sutilmente y así la usas, discriminas sutilmente. ¿Hay más formas de discriminar sutilmente? Sí, seguro, y no precisamente somos conscientes. Si quieres, lee Americanah de Chimamanda Adichie para ver fenómenos de discriminación por raza y nacionalidad que muchas veces pasan inadvertidos. 

Ahora, ¿imponer el lenguaje inclusivo agrava a quiénes no lo quieren usar? Pues sí, quizá. Pero vaya, creo que nadie aquí lo está imponiendo. Usar no es lo mismo que imponer. El que yo escriba así, no te fuerza a ti lectorx a escribir o hablar así, y tampoco cambia el mensaje que te quiero transmitir.

Si mi forma de escribir (con x’s) no te agrada, está bien. No me ofende, y tampoco busco ofenderte. Sólo ojalá podamos ir más allá del lenguaje, para hablar de mensajes. Comprendo que hablar de discriminación incomoda a todxs, pero así aprendemos, y con suerte, podemos reducirlo.  

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