Los Pusilánimes: ¿A qué nos referimos cuando hablamos de personas pasivo-agresivas?

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Es muy alto el número de personas que acude a terapia porque su pareja es pasivo-agresiva. Una paciente mía siempre estaba enojada con su pareja, llegaba hasta a gritarle, y por ello se sentía la peor mujer del mundo.

Ella sentía que él sacaba la peor parte de ella. Por otro lado, no podía verdaderamente poner el dedo en lo que estaba pasando porque él era “bueno”, y nunca la criticaba, ni la atacaba, ni la trataba expresamente mal.

Simplemente hacía o dejaba de hacer cosas “sin querer” que a ella la sacaban de quicio, o le hacían sentir mucha incertidumbre. Él hacía que ella actuara toda la locura y la agresión que él no podía admitir en sí mismo. Si ella continuaba en esta relación terminaría enfermándose por todo lo que él le removía.

Después de su separación volvió a sentir paz y a recuperar su buen ánimo. Su pareja nunca entendió qué es lo que había pasado con la relación pues el pasivo-agresivo típicamente no puede integrar ni ver las partes agresivas que actúa pasivamente (paradójicamente).

(No se pierdan el artículo de Pilar Montes de Oca sobre el pusilánime en la página de www.algarabía.com).

La psicoterapeuta Lourdes Pariente ([email protected]) nos va a explicar más este tipo de personalidad:
¿Cuántas veces nos hemos enfrentado a comentarios, ya sean de tu amigo, mamá, hermano, conocido, etc.… que aunque no tengan la intención nos hacen sentir simplemente mal?

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En muchas ocasiones nos enfrentamos a personas que inconscientemente nos hacen comentarios que nos ofenden o que utilizan el sarcasmo para hacernos sentir menos. Estas personas que constantemente devalúan nuestro trabajo o personalidad sin ser agresivos directamente se llaman pasivo-agresivos.

El comportamiento pasivo-agresivo se refiere a resistirse los requerimientos externos (de un trabajo, de una relación, etc.), presentan conductas de oposición como no hacer trabajos, presentar trabajos mal hechos o simplemente se «olvidan» de sus responsabilidades. Constantemente se quejan de figuras de autoridad o se sienten ofendidos al escuchar una idea o sugerencia nueva.

Tienden a echar la culpa a otros de sus desventuras, no expresan hostilidad en forma directa, suelen llegar tarde y olvidar cosas, crean excusas y mienten mucho, dejan las cosas para después y por lo general tienen muchas dificultades para manejar el dinero.

Debemos tomar en cuenta, que son personas que cargan mucho enojo desde la infancia, y que debido a su falta de confianza en sí mismos deben compensar los sentimientos de inferioridad que sienten.

Pero, ¿qué podemos hacer cuando nos enfrentamos a un compañero o familiar pasivo-agresivo? Primero debemos identificar la causa, en ocasiones, podemos comportarnos de esta manera ya sea por que estamos estresados, sentimos miedo o hay una falta de comunicación. Cuando ya comprendimos esto, hay que aprender a «no engancharnos» y como dice el popular dicho mexicano «que se nos resbale», y comenzar a identificar pensamientos positivos hacia el comentario que nos acaban de hacer. Sin embargo, esto puede resultar muy difícil y desgastante y los familiares o colaboradores tienden a alejarse o estar continuamente enojados.

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Si el comentario nos ofendió o nos hizo sentir menos podemos confrontar a esta persona, de manera tranquila hacerle saber como nos hizo sentir lo que dijo, en caso de que la persona pretenda no haberlo dicho y contestar como un «yo nunca te dije eso, no sé por que te enojas» podemos repetir el comentario sin hacerlo en el mismo tono agresivo que fue hecho. Sin embargo, es complicado que se llegue a hacer conciencia de lo que ellos o ellas generan con su actitud.

Es difícil que estas personas busquen algún tratamiento psicológico, ya que en el momento de sentirse confrontados puede aumentar su agresión, sin embargo, es recomendable una terapia de corte psicoanalítico para manejar este enojo que sienten desde la infancia o simplemente para hacerse conscientes de cuándo están siendo pasivo-agresivos. En caso, de ser un familiar el que presenta esta conducta también se puede buscar una terapia familiar, ya que se puede sembrar esta agresión en toda la familia.

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