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Los arquitectos Ronald Rael, profesor de arquitectura de la Universidad de California, y Virginia San Fatello, integrantes del Colectivo estadounidense Chopeke, tuvieron la genial idea de usar el muro que divide a México con Estados Unidos para colocar unos «sube y baja» para los chamacos.
Los juguetes de metal, pintados de rosa se instalaron entre ambas fronteras, en una sección del muro que divide a Chihuahua y Nuevo México para que se pudieran divertir con las familias mexicanas la tarde del domingo en el área de Anapra, una de las colonias más pobres al oeste de Ciudad Juárez, y Sunland Park, en Nuevo México.
La frontera entre México y Estados Unidos se convirtió en un parque de juegos con la instalaciones de tres balancines conocidos como “sube y baja”, como forma de protesta.