¿Qué le hace la presión alta al corazón y a los riñones?

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Al tratar la elevación de la presión sistólica (la alta ejemplo 170/80, la alta 170), de manera intensiva se ha observado que se incrementan los casos nuevos de enfermedad renal crónica (insuficiencia renal crómica IRC), pero que sin embargo se logra una disminución importante de los casos de enfermedad cardiovascular (infartos y embolias) así como también de muerte en general.

Esto abre el cuestionamiento sobre las consecuencias de ser excesivamente estricto en hacer disminuir la elevación de la presión sistólica a cifras normales. Se debe considerar que la regulación de esta presión de manera moderada puede evitar los efectos nocivos sobre el riñón sobre todo en pacientes de edad mayor a los 60 años.

Siempre hemos considerado que los embates de la presión alta sobre los órganos del cuerpo humano son deletéreos y perniciosamente agresivos, sonaría lógico que bajar la presión fuera lo mejor que le podemos ofrecer al paciente, considerando el concepto histórico de que a menos presión, menos riesgos.

Al parecer la presión sistólica se debe a los requerimientos de la misma estructura por los cambios degenerativos y ateroesclerosos que sufre al paso de los años la red arterial y los órganos que la albergan. Bajar la presión sistólica que durante años se ajusta para cumplir con los requerimientos del riñón para funcionar adecuadamente, tienen un efecto negativo sobre la función del mismo.

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Por otro lado, el control intensivo de la presión arterial, disminuyó durante la investigación realizada que duró 3 años, los riesgos hasta en un 2.2% para padecer enfermedades cardiovasculares, así como también se disminuyó el riesgo de muerte en general de cualquier causa.

Al parecer la presión sistólica alta ayuda para mantener la capacidad del riñón de filtrar tóxicos hacia la orina en pacientes mayores de 60 años. No se debe disminuir la presión sistólica con los tratamientos, debido a que esto puede resultar contraproducente, un control moderado es lo ideal.

Es decir, si tiene el paciente presión sistólica de 170mm de hg, bajarla hasta 130 sería UN GRAVE ERROR, 150 mm de hg puede ser una buena aproximación a lo benéfico, o inclusive 160.

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El desarrollo de los tratamientos intensivos para la Diabetes, el colesterol, la presión arterial, obesidad con regímenes estrictos de alimentación nos han llevado a interesantes descubrimientos en este interesante proceso denominado enfermedad.

Hasta ahora el control intensivo de la glucosa ha proporcionado benéficos dividendos a los pacientes alejándolos de las complicaciones de la enfermedad denominada Diabetes tipo 2, en la obesidad hemos visto respuesta favorables y algunos desajustes metabólicos, sin embargo el régimen estricto siempre obtiene resultados en más del 85% de los casos, para el colesterol de igual forma llegar a las metas recomendadas internacionalmente mostró en los estudios conclusiones halagüeñas y buenos pronósticos para la preservación de la salud y de la vida.

Seguiremos aprendiendo de la historia de los pacientes y de la intención de regresar al paciente a un estado donde con el tratamiento le aseguremos la preservación de la salud sin riesgos.

Dr. Alejandro Cárdenas Cejudo

Fellow of the American College of Physicians
Presidente de Ejercicio y Nutrición son Salud y Prevención
Médico Internista
Hospital Angeles del Pedregal
www.dralejandrocardenas.com

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