SEDEMA impartió Taller Calidad del Aire CDMX

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La secretaria del Medio Ambiente de la Ciudad de México, Tanya Müller García; el director general de Gestión de Calidad del Aire, Antonio Mediavilla, y el director de Monitoreo Atmosférico de la SEDEMA, Armando Retama, impartieron el Taller de Calidad de Aire CDMX 2016.

Se expuso que todas las acciones que implementa la SEDEMA para mejorar la calidad del aire y proteger la salud de la ciudadanía forman parte de los programas Proaire 2011-2020 y de Acción Climática de la Ciudad de México 2014-2020.

Destacaron que la calidad del aire ha mejorado notablemente: durante las décadas de 1980 y 1990, los índices de concentración de ozono y otros contaminantes generados por el transporte público eran muy altos, pero a partir de la introducción de nuevas tecnologías ambientales (como el convertidor catalítico) se redujo la contaminación en la ciudad.

En cuanto al dióxido de azufre, el promedio anual de su concentración en 1990 fue de 54.7, mientras que en 2015 se redujo a 4.39 partes por millón. Otro de los contaminantes más nocivos, el monóxido de carbono se redujo de 5.87 en 1990 a 0.72 partes por millón en 2015.

El último cambio en el Índice de la Calidad del Aire (Imeca) ocurrió en 2014, cuando una contingencia se activaba al llegar el Imeca a 194 partes por billón (ppb) de ozono; a partir de ese año cambió a 185, siendo que actualmente se activa cuando la concentración es de 155 ppb, lo que significa que se ha establecido una política más estricta en materia de protocolos de contingencias ambientales.

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Se explicó que los óxidos de nitrógeno, junto a los compuestos orgánicos volátiles (elementos presentes en el aire) al entrar en contacto con la radiación solar, producen una reacción química que genera el ozono, por lo que se considera un contaminante secundario.

Durante la temporada fría-seca, de diciembre a mayo o junio, conocida como “Temporada de Ozono” es cuando las concentraciones de este contaminante son más altas. Esto se debe principalmente a tres factores: el meteorológico, las fuentes primarias de contaminantes y las condiciones geográficas del Valle de México.

Debido a que el Valle de México está rodeado por montañas, las condiciones geográficas dificultan la dispersión de contaminantes: Debido a que el viento predominante en esta zona es de norte a sur, las altas emisiones generadas alrededor de la Ciudad de México llegan a ésta y se quedan estancadas.

En el particular caso de la CDMX, los cinturones de montañas se encuentran en el oeste, sur y parte del este, pero no el norte, por lo que los contaminantes acarreados se quedan en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM).

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En cuanto al factor meteorológico, se resaltó que el efecto de inversión térmica, aunado a la temporada de ozono, también contribuye a que otros contaminantes no fluyan y se dispersen en la atmósfera.

Cuando se presentan las inversiones térmicas, todo el aire frío que se mantiene en el valle de México no sube (debido a que es más denso que el aire caliente), se queda atrapado, y las emisiones se acumulan, lo que genera concentraciones altas y dañinas para las personas. Es a partir del mediodía, debido a la radiación solar, cuando aumenta la concentración de ozono.

Medidas como la disminución de la circulación del parque vehicular se llevan a cabo en muchas ciudades del mundo para evitar la acumulación de concentración de contaminantes, particularmente durante esta época del año. Algunos casos de estas acciones se dan en ciudades como París, Londres, Santiago de Chile, Milán y Medellín, en donde en el último año se tomaron medidas que incluyeron, incluso, la suspensión de la circulación de la mitad de sus automóviles.

Con este taller, la SEDEMA refrenda su compromiso para informar a la sociedad sobre las medidas que lleva a cabo el Gobierno de la Ciudad de México para mejorar la calidad del aire y proteger la salud de sus habitantes.

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