Mitos comunes sobre sismos y volcanes

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Por falta de interés e información confiable sobre sismos y volcanes muchas dudas son resueltas con información sin sustento y que se han replicado por años generando mitos. El lenguaje muy técnico y especializado no ayuda a que la información sea atractiva para el público en general perdiendo el interés por la complejidad de estos textos.

Hay muchos mitos en torno a la actividad volcánica y sísmica. Te comparto algunos los más comunes:

“Sismos pequeños liberan energía”

Este es el mito más común y la explicación no será de tu agrado. El cálculo de las magnitudes, que cuantifican la energía liberada por un sismo, tiene como base una fórmula logarítmica.

Un aumento de una magnitud a otra magnitud no equivale a sólo el incremento de una unidad respecto a la energía liberada sino a 32 veces la energía que liberó ese sismo; es decir, un sismo de magnitud 6 libera 32 veces más energía que un sismo de magnitud 5.

Para liberar la misma energía que un sismo de 9.5, el sismo más grande de la historia ocurrido en 1965 en Chile, se necesitan:

  • 126 sismos de 8.1 – como el de septiembre de 1985.
  • 2,818 sismos de 7.2 – como el del 18 de abril de 2014 con epicentro en Petatlán.
  • 31,622,776 sismos de 4.5 – sismo común que ocurre al menos una vez al día en algún lugar del mundo.

Video (en inglés) que explica cómo incrementan las magnitudes:

“El sismo fue trepidatorio/oscilatorio”

Es una idea general que existen dos tipos de sismos de acuerdo a la forma en cómo se percibió. Con cualquier sismo, y en cualquier parte del mundo, las ondas sísmicas de propagan en todas las direcciones. Estos movimientos verticales y horizontales del suelo dependerán de qué tan cerca te encuentres del epicentro y la profundidad (foco): si estás cerca del epicentro el movimiento vertical (trepidatorio) será mayor y mientras te alejas las ondas sísmicas se van atenuando quedando solo los movimientos horizontales (oscilatorios); los focos profundos también generan estas percepciones de movimiento vertical.

Si el epicentro es en ‘tierra’ no hay tsunami”

Para determinar el potencial tsunamigénico el epicentro no es referencia de mucha utilidad. Recordemos que el epicentro es tan solo el punto sobre la superficie de la corteza donde inició la ruptura. Aunque el sismo inicie en territorio continental, el área de ruptura puede extenderse hasta la corteza oceánica provocando movimientos horizontales del fondo oceánico que desplaza columnas de agua. Sismos grandes con epicentros en costa tienen potencial tsunamigénico.

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Video de cómo se produce un tsunami:

 

Imagen: áreas de ruptura de los sismos más importantes en México abarcan territorio continental y corteza oceánica.
Imagen: áreas de ruptura de los sismos más importantes en México abarcan territorio continental y corteza oceánica.

 “Tiembla en temporada de lluvias o cuando hay nubes aborregadas”

Algunas personas tienen la noción de que los sismos aumentan cuando llueve; sin embargo, los fenómenos hidrometeorológicos no se relacionan con la dinámica interna de la tierra. Al respecto, hay que tomar en cuenta que donde se originan la mayoría de sismos (límites entre placas tectónicas) se encuentran bajo los océanos; lluvias sobre territorio continental no poseen efectos en las zonas donde se producen sismos.

En la imagen portada, gran parte de los límites de las placas tectónicas están en las cuencas oceánicas y el agua no tiene mayor efecto en los sismos que ocurren.

“Va a temblar porque los perros han estado aullando”

Esto sucede pero cuando el sismo ya se produjo. Perros, gatos y otros animales, poseen una mejor audición que el ser humano y son capaces de escuchar sonidos de bajas frecuencias que el oído  humanos no. En ocasiones, y generalmente sucede estando cerca del epicentro, algunos perros pueden escuchar la llegada de la onda P que se propaga al igual que el sonido; dicho en otras palabras, los perros pueden escuchar cuando la roca se fracturó y por eso se ponen nerviosos.

“Cuando hay Luna roja hay sismos”     

La coloración de la Luna se debe a que la atmósfera absorbe en mayor medida los colores azulados dando paso libre a los colores amarillos, naranjas y rojizos. Este efecto es muy notorio en cielos contaminados o con mucho polvo en suspensión. Sucede frecuentemente cuando la luna está muy baja en el horizonte ya que hay más atmósfera entre la Luna y el observador.

En el caso de los eclipses la atmósfera de la Tierra funciona como un lente al refractar y proyectar, como el proceso anterior, los colores hacia la superficie de la Luna.

Imagen: refracción de la luz a través de la atmósfera terrestre y su proyección hacia la Luna.
Imagen: refracción de la luz a través de la atmósfera terrestre y su proyección hacia la Luna.

 “Tembló porque lo activó el HAARP”

Los amantes de teorías de conspiraciones son fervientes creyentes del “High Frequency Active Auroral Research Program” (programa de investigación de aurora activa de alta frecuencia).  Quienes creen en este proyecto, aseguran que se puede controlar procesos clima y procesos hidrometeorológicos e inducir sismos; sin embargo, estos procesos suceden en las capas inferiores (troposfera 0-10km y estratosfera 10-50km), en donde las ondas de radio simplemente las atraviesan sin causar un efecto sea cual sea la frecuencia con la que se trabaje y la energía utilizada por estos procesos es abismalmente inferior a la que produce un sismo. Por lo tanto es ¡FALSO!

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 “Hay más sismos y erupciones volcánicas últimamente”

Esto no es un mito sino una realidad. Pero no porque las placas tectónicas estén muy activas sino porque se detectan más que antes ya que ahora existen más instrumentos alrededor del mundo y también porque las nuevas tecnologías nos llevan la información de todo el mundo de una forma mucho más rápida como las mismas redes sociales.

Lo mismo sucede con los volcanes. Hay miles de volcanes activos alrededor del mundo y cada uno tiene ciclos de actividad distribuida entre cientos a miles de años. Tecnología satelital ahora nos permite ver erupciones en islas remotas/deshabitadas.

“El Popocatépetl y Volcán de Colima están conectados”

Cada volcán posee cámaras magmáticas independientes y no están interconectados por debajo de la tierra de ninguna forma. Recordemos que el Volcán de Colima es el más activo de México con explosiones muy frecuentes y eventualmente algunas de las que registra el Popocatépetl ocurrirá al mismo tiempo pero como coincidencia cronológica y no como causalidad de los procesos al interior del planeta.

Imagen: explosiones casi simultáneas del Popocatépetl y Volcán de Colima del 20 de junio – 9:30 h.
Imagen: explosiones casi simultáneas del Popocatépetl y Volcán de Colima del 20 de junio – 9:30 h.

“Cuando los volcanes sacan humo negro es porque habrá una erupción”

De inicio, los volcanes no emiten humo porque no hay combustión y toda emisión es una erupción (hay niveles y tipos). El tono/color de las emisiones depende de la concentración de ceniza: si es una explosión débil con mucho vapor las columnas eruptivas serán de un color gris claro; si la concentración de ceniza es alta el color de la emisión será gris oscuro.

“Es un volcán extinto”

En teoría los volcanes, por su actividad, se clasifican en “Activos” si han tenido una erupción en los últimos 10,000 años (un abrir y cerrar de ojos en términos geológicos) e “Inactivos” si no han tenido erupciones en este lapso o más. En México, algunos de los volcanes activos (además de los que conocemos) son Iztaccíhuatl, Citlaltépetl, Malinche, Nevado de Toluca, San Martín, Ceboruco, Tacaná.

Volcanes como el Xítle y Paricutín, no se consideran activos a pesar de tener erupciones recientes ya que son volcanes monogenéticos (un solo periodo eruptivo); sin embargo, las zonas donde se ubican –sur de la Ciudad de México y Michoacán-Guanajuato respectivamente- pueden ser propensas a que nazca un nuevo volcán.

Consulta el Atlas Nacional de Riesgos para que sepas el peligro al que pudieras estar expuesto como los volcanes que hay en nuestro país: http://www.atlasnacionalderiesgos.gob.mx/archivo/visor-capas.html

Imagen: Volcán La Malinche visto desde Tlaxcala. Su última erupción ocurrió hace más de 3000 años por lo que es considerado activo. Al no tener un clásico cráter visible suele ser confundido con una montaña.
Imagen: Volcán La Malinche visto desde Tlaxcala. Su última erupción ocurrió hace más de 3000 años por lo que es considerado activo. Al no tener un clásico cráter visible suele ser confundido con una montaña.

 

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