Durante las últimas 100 semanas, casi dos años, he tenido la gran oportunidad de hablarles sobre temas que nos ayudarán a entender los fenómenos naturales que nos rodean y que nos afectan directa o indirectamente. El conocimiento es el principal aliado de la prevención y este ha sido el principal objetivo de las columnas que semana a semana les he escrito en este espacio.
A pesar del gran gusto por compartir información importante con ustedes, en ocasiones las malas noticias deben ser mencionadas para ayudarnos a comprender las diferencias de cómo los mismos fenómenos nos afectan de forma diferente: es el caso del sismo de Nepal (imagen portada).
Este fue el sismo más importante de 2015 al dejar más de 9000 víctimas. El próximo 25 de abril cumplirá el primer aniversario del terremoto más importante de los últimos años; con una magnitud fue de 7.8 sacudió una amplia zona del Himalaya siendo Nepal el país más afectado. La réplica más fuerte ocurrió el 12 de mayo con una magnitud de 7.3 aumentando los daños ya existentes y agregando mayor número de víctimas.
Al terremoto de Nepal se suma el de Afganistán del 26 de octubre y con una magnitud de 7.5 a 212 km de profundidad lo cual ayudó a limitar los daños dejando más de 500 víctimas.
Tanto Nepal como Afganistán tienen un factor en común: la alta vulnerabilidad a causa de pobreza, malas construcciones y nula cultura de prevención. Caso contrario es Chile que es uno de los países mejor preparados en el mundo para enfrentar sismos y tsunami tal como ocurrió el 16 de septiembre cuando un sismo de magnitud 8.3 sacudió la región de Coquimbo produciendo un tsunami de hasta 5 metros de altura; la gran cultura de prevención, ejemplo mundial, ayudó a que solo 20 personas perdieran la vida lo cual es una cifra muy baja para un sismo de gran magnitud.
Algo que a todos nos afecta y a todos nos debe preocupar es la salud de la Tierra. Los últimos meses se han caracterizado por romper récords de temperaturas cálidas alrededor del mundo. Ante este aumento de temperaturas conocido como calentamiento global, que es parte del cambio climático antropogénico, el clima resiente estas anomalías y se refleja en el fenómeno de “El Niño”.
Este fenómeno de El Niño fue el más intenso registrado desde 1997 incluso fue un evento más grande que el registrado aquél año. Las anomalías térmicas registradas en el Pacífico central fueron las más grandes observadas e incluso otras zonas más al norte tuvieron importantes anomalías de temperaturas cálidas. Actualmente “El Niño” se debilita, pasará a ser neutro y en próximos meses se desarrollará “La Niña”
Así como los efectos de “El Niño” fue un invierno lluvioso, frío y con nevadas en zonas por debajo de los 3000 m s.n.m., Los efectos “La niña” implicaría un invierno más frío de lo normal y seco, veranos lluviosos con actividad ciclónica en el Atlántico que podría verse incrementada.
Por lo pronto dentro de los siguientes meses tendremos temperaturas elevadas en gran parte de México con grandes olas de calor siendo más intensas en zonas costeras por efectos de la humedad presente que incrementan la sensación térmica.
Las elevadas temperaturas en el Pacífico propiciaron una intensa temporada de huracanes. Patricia es el mejor ejemplo de ello al formarse muy rápido un huracán que rompió récords de baja presión con 879hPa (Hectopascales: medida de la presión atmosférica) y récord de vientos sostenidos de 325 km/h. Un análisis exhaustivo de la NOAA indicó que Patricia tocó tierra en Jalisco como un poderoso huracán categoría 4 con vientos sostenidos de 240 km/h.
En esta temporada de calor, cuando las condiciones de viento son estables, la contaminación se hace presente y con ello podrían hacerse frecuentes las contingencias ambientales. Está en nosotros cambiar nuestros hábitos de consumo al optar por utilizar el transporte público, caminar distancias cortas, ahorrando energía eléctrica, reciclando, etc, porque el incesante aumento de gases de efecto invernadero, que alimenta el calentamiento global, hará del planeta un lugar más peligroso e inhóspito para las generaciones futuras pero al paso que vamos seremos nosotros mismos quienes vivamos esas consecuencias.
Y por último, estos días el Popocatépetl nos está dando un gran espectáculo con la destrucción del domo de lava formado meses atrás. Esta actividad ya se ha visto con anterioridad y es por eso que no ha cambiado el nivel de alerta porque las explosiones de este tipo están contempladas dentro de los escenarios de la alerta amarillo fase 2.
Sin lugar a duda la mejor experiencia que he podido compartirles en este espacio, fue durante la gran erupción del Volcán de Colima en julio de 2015. Era la más grande erupción del Volcán de Colima en 102 años: se escuchaban ruidos como la turbina de un avión pero más impresionante fue el clímax de la actividad al escucharse una fuerte explosión y ver una gran columna eruptiva que se elevaba más de 10 kilómetros de altura mientras lentamente el ambiente se oscurecía al caer la ceniza en el lugar donde me encontraba.
Y como lo mencioné en la columna Número 62, publicada el 15 de julio, el ver, sentir, escuchar e impresionarme con la fuerza del Volcán de Colima es lo que me da impulso para seguir compartiendo la información sobre temas críticos de la naturaleza para tener todos una mejor cultura de protección civil; podemos evitar que sucedan las tragedias (que en realidad son sociales y no naturales) aprendiendo de los ejemplos buenos y malos de cualquier país (y el nuestro) aplicando el conocimiento y comprensión de cómo es que se producen todos los peligros naturales como sismos, erupciones, huracanes, etc., y evitar que por falta de información y miedo no seamos capaces de tomar las mejores decisiones precisas para ponernos a salvo.
Quiero agradecer primero que nada a Fernanda Familiar por impulsar un espacio que antes no existía, el tema de prevención pasaba de noche por la gran mayoría de comunicadores y poco a poco ha ido ganando espacios digitales, así como en radio y televisión gracias a esfuerzos como el de Fernanda. Agradezco también a mi equipo que me llenan de información e ideas cada semana para tratar de compartirles la información más precisa posible con las herramientas que contamos, y por último agradezco a cada uno de ustedes que en casi dos años sumamos la impresionante cantidad de casi 800 mil personas que se han metido a este espacio y han leido nuestras columnas.
¡Gracias por leerme durante estas primeras 100 columnas, vamos por mucho más!
¡Opina, comparte y súmate a la prevención!
Alvaro Velasco